El arte neoclásico
fue el movimiento que rompió la tradición del arte rococó. Sus esculturas,
pinturas y arquitecturas estaban basadas en la belleza visual y espiritual, por
ejemplo la famosa obra del pintor francés Jean Auguste Dominique Igres “La condesa de hausonville” o “Madame Moitessier”.
Ambas obras demuestran total belleza, en la primera podemos ver como el pintor
detallo la tez de la condesa, el brillo que le agrega y los reflejos en el
espejo. Además le dio un toque sentimental al rostro de dicha. Demuestra dulzura
que se podría confundir con tristeza, suavidad y feminidad. A pesar de ser este
un artista que inclinaba más su arte hacia el romanticismo, considere escribir
sobre él porque al ver sus obras sentí una conexión indescriptible. Otra obra
de este artista que si refleja un poco más la época es “Napoleón en el trono
imperial” en esta si podemos ver la utilidad didáctica, un ideal político y
sobre todo la antigüedad. Podemos notar que esta obra expresa todo lo contrario
a la sencillez.
Encontramos también
al escultor Antonio Canova, cuyas estatuas eran de mármol y fue el quien fomento
el gusto por los estilos romanos y griego antiguos. Una de sus obras que llama muchísimo
la atención es “Paulina Bonaparte” esta representa el aspecto mitológico del
movimiento. La obra nos refleja naturalidad, sensualidad femenina, impresión de
quietud, etc. Lo curioso de esta escultura es que al verla sientes que ella está
mirando al espectador.
También
encontramos la música del Clasicismo que es la que hoy en día llamamos música clásica.
Se deduce esto porque sus inicios coinciden perfectamente con la era neoclásica.
Es inspirada en el estético grecorromano en la dinámica y armonía. Después de
la primera guerra mundial, se destacaron Igor Stravinski y Paul Hindemith,
ya que retornaron el canon del clasicismo.
Después de investigar y leer todas las
vertientes de este movimiento caí en cuenta de que a pesar de ser una época excepcional
para la historia del arte y además súper variado en cuanto a los artistas, yo
personalmente me inclino un poco más hacia la ruptura de esta tradición neoclásica
que fue el romanticismo.